November 2011 Archives
Para los masoquistas literarios.... ¡paciencia!.
Dos de Noviembre
Cuento. Por José Manuel Juárez Vázquez.
En el cementerio de la ciudad se veía un inusual movimiento de transeúntes producto del día que se conmemoraba: día de muertos.
El señor Pérez se acerco con paso lento a la tumba de su esposa, muerta desde hacia cuatro años, mismos que desde entonces acudía como era la tradición en su pueblo, llevarle flores y acercarse a conversar con ella, contarle de sus momentos felices e infelices, todo lo que para él tenía un significado especial, hablarle como si lo escuchara o con el anhelo de que así fuese o quizá para perdurar su memoria viva y a la vez darse la paz espiritual que necesitaba ante los muchos desencuentros que habían tenido en sus años de casados y continuar, de esa manera, el lazo indisoluble de su matrimonio.
Prendió una veladora y al tiempo que apagaba y se echaba el encendedor a la bolsa, con voz que modulaba como si tuviese a ella al lado - "Nuevamente se peleo Carlos con Susana" - Carlos era su hijo mayor y frecuentemente reñía con su nuera - "otra vez desea que Susana deje de trabajar, no se hace a la idea de que gane más dinero que él, en fin, como muchas veces le dijiste, que le diera una oportunidad, que hiciese su carrera, que se sintiera productiva y útil, pero no, la vanidad aún le hace mucho daño a Carlitos... como le haces falta en estos momentos... pero quiera Dios que entre en razón y con el tiempo pueda madurar... ya han peleado otras veces y lo bueno es que se han reconciliado... bueno esperemos que así sea... mira te traje "cempasúchil", las flores que siempre dijiste que te gustaban espero que no se marchiten muy pronto... el día de ayer me encontré a Pedro el esposo de Camila tu comadre, me dijo que iba a ir el día de hoy a ver a su mamá, ya vez que tiene seis años la difuntita... ese día que fuimos a darle el pésame a tu comadre te entro un sentimiento que te recorrió la espalda y se te apretujo en el pecho... ya presentías algo... Pedro estaba en el billar, ya sabes que le gusta el dominó y lo estuve viendo jugar con sus amigos... es bueno... me vio y se retiro de jugar, me saludo con un abrazo... ya sabes como nos estimamos... es buena persona, me invito a jugar dominó pero no quise, ya sabes de que a mi me gusta el ajedrez y como para no dejar le dijo a Don toño el del billar que nos trajera el juego y pues aunque no juega mucho se puso a jugar conmigo, para hacer algo mientras platicábamos de todo un poco... él cree que el presidente esta haciendo las cosas mal pero tiene fe que rectifique al final de su mandato... dice que el quipo "Central" esta jugando bien y que puede que quede campeón... siempre dice lo mismo y nada... y que apostó con tu comadre a que la tal Adriana iba a ganar el concurso de la televisión que porque cantaba muy afinado... nos se porque me cuenta esas cosas, a mi ni me interesa, pero no le digo nada, para que... y en una de esas que me gana... medio un coraje pero me lo aguanté... no dije nada... pero que empieza a decir de cosas y como que quise desquitarme...me quede viendo las piezas y no le veía la cara, nada mas lo oía y ordenaba mi juego y me dio una claridad de jugadas... veía todo el juego ganador y se me pasó el enojo, lo que fue haciendo que lo dejara ganar otra vez y que empieza a machacar que no podía ganarle... no le dije nada... que era muy bueno, le dije... a que mi compadre como lo aprecio... y como extraño jugar contigo... que buenas tardes aquellas".
-.-
Paso un año más. Es día de los difuntos.
El Señor Pérez se acerca nuevamente a la tumba de su amada, lleva su ramo de flores "cempasúchil", mismo que se desliza de su brazo al suelo ante la maravilla que ve: ahí donde se encuentran los restos de su amada, el viejo juego de ajedrez, aquel con el que compartió su vida, listo con las piezas acomodadas para iniciar el juego.
Fin.
